Jackson en Puerto La Cruz (1996)
Jackson Melián estaba algo contrariado.
Molesto consigo mismo. Tres veces había ensayado tocar la bola, y tres veces la
pelota saltó de su bate hacia atrás. La última, por poco le da en la cara. No
era para menos su desagrado. Es la primera vez que se uniforma, y luego que su
nombre ha aparecido ya tantas veces en los periódicos desde el pasado julio, no
es capaz de ejecutar un miserable toque de pelota.
-Mijo, no se preocupe, lo consoló el coach
Luis Davalillo. – Esto es solo una práctica. A usted nadie le va a pedir que
toque la bola. Su manager, lo único que va a esperar de usted, es que empuje
carreras con sus batazos.
La voz del coach no ha dejado de escucharse este
jueves en todos los rincones del estadio Alfonso “Chico” Carrasquel, aquí en
Puerto La Cruz.
-¡Tercer grupo!, ordenó y los seis miembros
de los Caribes de Oriente conocidos como “Los Panchos” y “Los olvidados”, y
entre quienes se encuentra Melián, se acercaron al home para cumplir con su
parte en la práctica de bateo.
-Después de los toques, ocho batazos en la
primera vuelta. El primero en bateo y corrido. Los demás libres, ordenó
Davalillo antes de colocarse él mismo detrás del plato para recibir los envíos
del pitcher de práctica, Stuart Ruiz.
Pertenecer al tercer grupo en una práctica de
bateo puede significar muchas cosas poco apreciadas dentro de la jerarquía y
los valores que prevalecen en el seno de un equipo de béisbol profesional. De
entrada, no cuesta mucho imaginar que ninguno de ellos está en la alineación
regular que este 2 de noviembre de 1996 va a enfrentar a los Leones de Caracas.
Aparte de ser los últimos en disfrutar del inigualable placer de chocar la
pelota con el bate.
Sin embargo, esa es la rutina a la que tratará
de acostumbrarse Melián a pesar de sus escasos 16 años, y con todo y el millón
600 mil dólares recibidos de los Yanquis de Nueva York por su firma el pasado
mes de julio, que de paso lo convirtieron en el latinoamericano en recibir el
bono más alto de la historia. Sí, en el béisbol no se vive de expectativas, ni
de lo que se puede hacer. Al Salón de la Fama solo se llega por lo hecho en el terreno de
juego.
“Me han tratado muy bien”, asegura complacido
el jardinero y bateador derecho, que el martes despejó la interrogante acerca
de para qué equipo jugaría en Venezuela, al llegar a un acuerdo con los
Caribes. “Ya conocía a varios de los peloteros. Como “Tucupita” Marcano. Pero
no voy a jugar. No todavía. Aunque si voy a estar aquí durante todo el
campeonato. La idea es que me vaya preparando para cuando llegue el momento”.
No se pudo confirmar oficialmente la cantidad
de dinero entregada por los Caribes a Melián, pero se habló de seis millones de
bolívares. Un monto que igualmente lo convirtió en el venezolano en alcanzar la
cifra más alta en la pelota local, solo por colocar su nombre y apellido en el
contrato.
“Fue un riesgo que tomamos. Sobre todo porque
Jackson pertenece a la organización de los Yanquis”, dijo Luis Aponte, el
gerente general de los Caribes. “Conociéndolos, mañana pueden prohibirle que
juegue. Pero quisimos tenerlo con nosotros. No va hacer nada este año, aparte
de estar con el equipo. Ni siquiera irá a la Liga Paralela con los otros
novatos. A partir de la próxima temporada, tal vez esté en la reserva. Creo,
que para la 98-99, podría jugar todos los días”.
La llegada de Melían a los Caribes estuvo muy
cerca de agudizar un conflicto de intereses. Los Yanquis hubiesen preferido que
firmara con los Tigres de Aragua, conjunto con el que la organización de Nueva York
mantiene una estrecha relación. Incluso, los Tigres llegaron a ofrecer 5
millones de bolívares para pactar con el joven.
“Queríamos tenerlo cerca de nosotros”, cuenta
Vicente Melián, padre de Jackson. “Todos vivimos en Puerto La Cruz y él es demasiado joven.
Si no estaba aquí, no tendríamos la oportunidad de compartir más tiempo con él.
La verdad es que los Yanquis nos dieron luz verde para firmar con quien
quisiéramos, aunque no quiero verle la cara a Alfredo Ortiz”, sonrió el papá
del prospecto. Ortiz es precisamente el actual manager de los Tigres, y fue quien
supervisó la primera estadía de Melián en el campo de entrenamiento de los
Yanquis en Florida entre agosto y septiembre.
“Con Alfredo practiqué todos los días que
estuve en Tampa”, cuenta el jardinero. “No me corrigió nada. Solo me pedía que
no me quedara atrás en el swing mientras también practicaba el toque de bola y
batear hacia el right field. Bueno, todo eso, además de practicar el inglés”.
No es indispensable ser un experto en bateo
para reconocer y admirar la prestancia y la coordinación de Melián cuando ataca
la pelota con su bate. Sin embargo, uno termina de convencerse de que es algo
más que una impactante apariencia, al ver cómo la bola cae en las gradas sin
necesidad de mover sus manos y sus brazos con violencia. Es la misma sutileza
de Ken Griffey en el presente y de Willie Mays y Henry Aaron en el pasado,
concentrada en un cuerpo de un metro y 88 centímetros y 90 kilogramos de
peso.
-¡Ese es el swing! ¡Ese es el swing!, le
indica Pompeyo Davalillo, piloto de los Caribes, que pasará al recuerdo de
Jackson como su primer manager en el circuito local.
-Saca los codos y mantén la mano izquierda
abajo. Sólo así evitarás meterte debajo de la pelota. ¿Entendió, mijo?
Pero luego de más de cuarenta años dentro de
un campo de pelota, el estratega no se impresiona tan fácilmente. Ni siquiera
con un talento como el de Melián.
“Los tiempos son muy diferentes”, afirma al
sugerirle que compare a Jackson con Antonio Armas. “He visto muy poco a Melián.
Solo tiene dos días con nosotros. Pero voy a decir algo. Cuando firmamos a
Armas para los Piratas de Pittsburgh y para el Caracas, solo tenía 17 años. Y en
Maracaibo, sacaba la bola entre el center y el right field.
Con el viento en
contra. Pregúntale a cualquier pelotero de esta liga, cuál es el estadio más
difícil para dar un jonrón por ese lado. Ninguno más difícil que el “Luis
Aparicio”. Dios quiera que ese muchacho lo iguale”.
Ajeno por completo a lo que de él se
conversaba en la cueva de los Caribes, Melián proseguía con su rutina. Una y
otra vez la bola saltaba de su bate hacia los confines del parque. Hacia la
izquierda. Hacia el centro. Hacia la derecha. Tac.Tac.Tac.
“Solo podré jugar después que cumpla los 17
años”, cuenta el adolescente que nació el 7 de enero de 1980 en Caracas, y que
desde los cuatro vive en Puerto La
Cruz. “Pero anoche cuando le ganamos al Caracas, me provocó
salir a jugar. Sé que la gente quiere verme ya dando jonrones, pero las cosas
hay que tomarlas con calma. Ya estoy invitado para entrenar con los grandes
ligas de los Yanquis desde febrero. Pero como los demás, comenzaré en la Liga de Novatos”.
La firma de Melián se oficializó el 2 de julio
en el mismo Yankee Stadium en Nueva York. Los fotógrafos lo colocaron en una
pose, idéntica a una de Mickey Mantle, con el bate extendido por encima de su
cabeza cuando Mantle daba sus primeros pasos en las ligas mayores. Sin embargo,
y al menos no en público, los Yanquis se niegan a comparar a Jackson con el
toletero ambidiestro que pegó 536 cuadrangulares entre los años 50 y 60.
“Jackson será Jackson. Él es él y nadie más,
afirma Mark Newman, jefe de Desarrollo de la organización. “Nuestros reportes
dicen que posee las cinco condiciones necesarias para triunfar por encima del
promedio. Pero será el juego diario el que diga la verdad. Dentro de un
desarrollo normal, tardará entre tres o cuatro años para llegar a las grandes
ligas”.
Aunque su papá lo bautizó Jackson en honor a
Reggie Jackson, después que éste llegó a los Yanquis en 1977, Melián no pidió
el número 44 que lució el legendario toletero zurdo. Pidió el 20 en un íntimo
homenaje a Antonio Armas, mientras que a los Caribes les solicitó el 16 por su
edad al momento de unirse a ellos esta semana.
“¿Lo viste?”, preguntó Luis Davalillo después
de apartarse de la práctica. “No he visto a otro novato que a esa edad tenga
esas condiciones. Tiene talento, pero además tiene el dominio mental sobre lo
que está haciendo. Si le tiras adentro, hala la bola. Si le tiras afuera, la
manda hacia su mano. Quizás el otro pelotero joven que he visto con esas
condiciones es Richard Hidalgo. Y a esta edad, Melián está por encima. Y te
advierto que Richard Hidalgo es tan bueno, que lo único que le falta para ser
perfecto, es que sea zurdo. También tuve a Roger Cedeño en la Liga Paralela. Lo recibí en los
Leones de La Fría
cuando ni siquiera sabía tirar la pelota. Después tuvo una explosión que pocos
han tenido. Si Melián tiene al menos la mitad de esa explosión, no sé a dónde
pueda llegar”.
Otro connotado integrante del tercer grupo la
tarde de este jueves era el jardinero Raúl “Tucupita” Marcano, que antes de la
práctica invitó a Melián a batear contra la malla.
“Él es uno más, y si puedo ayudarlo, por qué
no voy hacerlo”, dijo el veterano bateador zurdo. “Este es un equipo diferente
a todos los demás, y espero que se mantenga así por mucho tiempo. Aquí no hay
egoísmos, y con él no habrá diferencias por que haya recibido todo ese dinero.
Lo que sí puedo decir, es que no parece que tuviera 16 años de edad. Parece que
tuviera 24” .
Melián hizo el último swing de la práctica y
empezó a trotar alrededor de las bases. Con parsimonia y un dejo de elegancia. Pero
también, tal vez hasta con un poco de vergüenza, cabizbajo. Vaya uno a saber
por qué. Los jugadores del Caracas, que se preparaban para estirar los músculos
en la zona del jardín izquierdo, seguían con atención inusual sus movimientos.
Cuando cruzó por la tercera base lo detuvo Antonio Armas.
-Gracias por utilizar mi número, le dijo el coach
de los Leones y el mayor bateador de jonrones en la Liga Venezolana de Béisbol
Profesional, entretanto estrechaba su mano. –Supe que era tú ídolo. Trabaja y
sigue así y no olvides lo que te voy a decir. Los zurdos no pueden hacerte out.
La pelota siempre vendrá hacia ti. No lo olvides..
Jackson siguió su camino. Con esa inocencia
que no permite apreciarlo como el pelotero profesional que es. Más bien como el
hijo adolescente que muchos tenemos y disfrutamos en la casa. ¿Cuándo pasará al
primer grupo de la práctica de bateo, y dejará de ser uno de los olvidados de
la comarca? ¿Cuándo dará su primer jonrón, acaso camino a la marca de 97 de
Armas?
Buenas tardes Don Humberto Acosta, no sabía que poseía este grandioso blog con estos artículos tan espectaculares con tanta información valiosa e intrigante del pasado. Me entere al ver mencionar su blog en el canal de youtube de Marcos Grunfeld (excelente canal) donde le realizo una grandiosa entrevista. Soy admirador de su trabajo, comentarios y narraciones desde el circuito Radial de los Gloriosos Leones del Caracas... Gracias y saludos.
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