¿En qué turno de la alineación prefieren a Ronald Acuña?


 ¿En qué turno de la alineación prefieren a Ronald Acuña?

Debo convenir que parte de lo que sigue a continuación no es nada menos que un sin sentido de parte nuestra. Una idea descabellada. Casi un disparate. Pero es que de haber sido manager de Bob Abreu en las grandes ligas, lo hubiésemos colocado a tiempo completo como primer bateador en el orden ofensivo del equipo. Por supuesto, no sin antes dar un vistazo al resto de la nómina disponible. Dadas sus características, tal vez en otro lugar, Abreu resultaba de más provecho.

 Solo que representaba el arquetipo ideal de abridor de la alineación. Primero, bateaba a la zurda. Condición que combinada con su velocidad, le concedía ese paso extra hacia la primera base. Sus números en las mayores lo demuestran. Se estafó 400 bases, en seis oportunidades al menos 30 y en otra 40. Poseía una evidente paciencia en el plato para esperar el envío más adecuado para conectar, como igualmente quedó comprobado con sus 1476 bases por bolas y sus ocho campañas con más de un centenar. Luego estaba el contacto frecuente de su bate. En sus dieciocho temporadas dejó un promedio vitalicio de .291 mientras completó siete campañas con averages más allá de los .300 puntos. 

Por último, el poder de su bate. Recordemos sus 288 cuadrangulares mientras que en nueve de sus 18 años acumuló un mínimo de 20 y en dos superó los 30. Ciertamente, fue ese poder lo que inspiró nuestro afán por verlo como primer bate. ¿Saben la importancia que puede tener que el primer bateador del juego saque la bola del parque, sobre todo si se trata del equipo visitante? Sin embargo, a Abreu el rol no lo entusiasmaba. En una ocasión en sus días con el Caracas lo conversamos. Más le agradaba estar en medio de la alineación, tercero o cuarto, desde donde tendría más oportunidad de empujar carreras, lo que en realidad es igual de importante. 

Este discurso viene al caso para responder un correo enviado por al amigo Edgar Benítez, no relacionado con Abreu, sino con Ronald Acuña. Edgar se pregunta, si Acuña no resultaría de más utilidad para los Bravos de Atlanta, de estar en ese medio de la alineación que tanto agradaba a Abreu, en vez de ocupar el primer turno, como viene sucediendo desde que llegó a las grandes ligas en 2018.

Qué podemos responder, Edgar. Estamos ante un bateador que llena ambos requisitos. Sí, Acuña por ejemplo descargó 41 jonrones en 2019. Considerando el orden ofensivo de los Bravos, cuántas carreras más ha podido empujar por encima de su total de 101 en esa campaña. Sin embargo, fue líder de la Liga Nacional con 127 anotadas y 37 bases robadas, argumentos de peso suficientes para estar en el primer turno. Aparte, Atlanta dispone de bateadores como Freddie Freeman o el dominicano Marcell Ozuna, que muy bien pueden desempeñar el rol de impulsor de rayitas. Sobre todo si con frecuencia van a batear con Acuña en circulación.

Como nos ocurría con Abreu, a Benítez lo estimula el querer ver a Acuña como tercero o cuarto bate, la frecuente eventualidad del cuadrangular. Podemos imaginar que algo parecido le pasó a los managers de Abreu y hoy le sucede a Brian Snitker, el piloto de los Bravos. Aunque los números les indican que sus decisiones son las correctas. Antes de la presente campaña, Acuña había sido el primer bate en 231 de sus 313 encuentros. Como cuarto, apenas en 36. Entretanto Abreu fue tercero en 1514 y cuarto en 209, de los 2425 desafíos en los que participó. 

Ahora pongamos atención a la siguiente paradoja. Suele concluirse –lo que no significa que estemos ante una verdad absoluta aunque pudiera serlo- que los dos mejores primeros bates de todos los tiempos son Rickey Henderson y Pete Rose. El argumento de Henderson sería incuestionable. Es el líder de todos los tiempos con 1406 bases robadas y posee la marca para una sola campaña con sus 130 robos en 1982. No obstante, también es altamente apreciado porque entre sus 297 cuadrangulares, 81 se fueron del parque en el primer episodio. Henderson fue el primer bate en 2886 de sus 3081 encuentros. Rose solo largó 160 vuelacercas en 24 temporadas, pero la mayoría de su tope histórico para la gran carpa de 4256 imparables, los sumó en 2313 encuentros como abridor de su total de 3562 partidos en la gran carpa.

Acuña apenas se encuentra en su cuarta campaña en las grandes ligas. Apenas tiene 23 años de edad. Lapsos breves en exceso para aventurar predicciones y juicios de valor definitivos, sin olvidar que en el beisbol, como en ningún ámbito vital, nadie está en capacidad de prever lo que pasará mañana. Empero, no cuesta nada suponer, que de reducir drásticamente los ponches, de dominar la zona de strike como lo hizo Abreu, Acuña podría pasar a la crónica de las grandes ligas como un singular primer bate, pero también como un extraordinario tercero o cuarto.

Comentarios

  1. Humberto, excelente análisis, como siempre.

    Soy un seguidor de tu trabajo desde hace mucho tiempo. Acabo de terminar de leer tu libro "Roberto Clemente vs. Sandy Koufax en El último encuentro". Por lo demás, extraordinario!!

    Por otra parte, quería tomarme el atrevimiento de pedirte un favor. Pero antes me presento:
    Te escribe Óscar Morales, apasionado del béisbol y columnista del Diario Panorama y Efecto Cocuyo. Además, he colaborado con Ignacio Serrano en su página web El Emergente.

    El apoyo que quería pedirte es el siguiente:

    Hace algunos días terminé el manuscrito de mi primer libro, el cual desarrolla una idea sobre el béisbol haciendo comparaciones con situaciones de vida cotidiana, utilizando ciertas expresiones que se usan en este deporte. Es decir, tomo frases del béisbol e intento relacionarlas con acontecimientos de la vida y, además, agrego breves historias de vida que inspiran.

    Pues bien, en concreto, quisiera conocer saber si tienes disponibilidad para que puedas recibir el manuscrito y echarle un vistazo con la finalidad de que me compartas tus comentarios o para ver qué sabor te deja su lectura. No te pido corrección del texto, solamente quisiera conocer tus impresiones y alguna opinión sobre capítulos o párrafos que te parecen que pueden eliminarse o ampliarse, qué cabo suelto encuentras por ahí para precisar y, en fin, cualquier cosa que estimes conveniente para mejorar.

    Sé que seguramente tienes mucho trabajo, Humberto. Por lo tanto, si crees que no puedes comprometerte con esto, no hay problema, yo lo comprendo.

    Avísame por este medio si te envío el manuscrito, o bien escríbeme al correo electrónico que está registrado en este comentario. Por favor.
    Perdona la molestia.

    De antemano, mil gracias!!!
    Un fuerte abrazo y mis mejores deseos siempre para ti y los tuyos.
    Bendiciones!
    Saludos.

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