Duelo de titanes


 Duelo de titanes

Creo haber escrito alguna vez sobre el tema. No, he escrito y en varias oportunidades. Seamos honestos, es materia ineludible para este servidor. Imaginen, cómo no haber escrito sobre cómo le habrá ido a Sandy Koufax, ante algunos de los toleteros más notables de su generación. Especialmente entre aquellos con poder de fuego en sus bates. Solo que en esta ocasión, tenemos como excusa lo expresado por Guillermo Oropeza @gaob1976 al ver una foto publicada en el twitter, donde Koufax mide fuerzas con Willie Mays, exclamó: “Duelo de titanes”. Así que estas líneas a continuación, y con el permiso de Ustedes, están dedicadas al ingenio de Guillermo.

Como no podían ser todos, escogimos a los más genuinos bateadores de poder en los tiempos de Koufax, período que se extendió de 1955 a 1966, siempre con los Dodgers en Brooklyn y en Los Ángeles. Reclutados en el Salón de la Fama y presentados en estricto orden alfabético para que no existan sospechas de preferencia de parte nuestra, y mucho menos de Koufax. A fin de cuentas, allí están los números para ratificar objetivamente lo acontecido en el terreno de juego en los duelos a muerte. “Tú o yo”, como gustaba decir el pitcher zurdo cada vez que le tocó confrontarlos.

Koufax ha sostenido siempre, que el bateador más difícil que debió enfrentar fue Henry Aaron. “En mi opinión es el mejor bateador que existe”, dijo en una oportunidad. “Tiene tanta fuerza, que puede estar cansado y siempre trata de pegarle a la bola, no importa qué picheo y en qué lugar de la zona de strike se encuentre”. Contra Koufax, Aaron bateó para .362, de 116-42. El promedio más elevado sobre Sandy entre sus contemporáneos con al menos 50 turnos al bate. Con 7 jonrones, 6 dobles y 3 triples. Sacó 14 boletos y recibió una docena de ponches. 

De acuerdo con Koufax, Orlando Cepeda era el bateador más fuerte con quien convivió en la Liga Nacional. “Batea con fuerza los lanzamientos altos”, explicaba del puertorriqueño.”Es en extremo peligroso, en particular con los cambios de velocidad”. Cepeda terminó con un average de .288 frente a Koufax. En 80 turnos le despachó 23 imparables, entre ellos 5 vuelacercas y dos tubeyes. Solo sacó tres boletos y recibió 18 ponches.    

De Roberto Clemente tuvo una opinión muy singular. Koufax describió al boricua como el bateador más raro que existe. “Es fuerte y posee unas manos increíblemente rápidas”, también afirma. “Por eso es tan difícil adivinar cómo serán sus batazos. Hacia qué lugar del campo irán dirigidos”. Clemente largó seis cuadrangulares en contra de Sandy. A ningún otro pitcher de la Liga Nacional le dio tantos. Su average fue de .297 puntos, 33 imparables en 111 turnos. Consiguió 10 boletos y soportó 20 ponches. 

Si de Aaron, Koufax opinaba con respeto, de Willie Mays lo hacía con veneración. “La fuerza de Mays es tan increíble, que le basta tocar la pelota con alguna parte de su bate para sacarla más allá de las cercas”, aseveraba sin el menor rubor.”Tal vez solo Clemente es tan peligroso cuando tiene dos strikes en la cuenta. Posee un olfato, un sexto sentido para adivinar con qué pitcheo intentaras sorprenderlo. Alta y adentro, baja y afuera. No le importa. Siempre está listo para responder”. Mays dejó un promedio de .278 contra Sandy. En 97 presentaciones en el plato coleccionó 27 inatrapables, contados cinco vuelacercas. En las áreas de los pasaportes y los abanicados hubo paridad. 25 transferencias para Mays y 20 ponches para Koufax.

En todos esos años, si hubo un bateador, aparte de Mays, con quien Koufax sostuvo una relación amistosa cuando no se hallaban frente a frente entre la lomita y el home, ese fue Frank Robinson. “Frank es muy fuerte, muy rápido”, afirmaba. “Siempre conseguía sobrepasar las cercas sin el menor esfuerzo. Sus muñecas eran tan sólidas como las de Aaron”. Robinson se apuntó siete jonrones contra Koufax, más un promedio de .233 puntos con 24 hits en 103 turnos. Sumó siete dobles, obtuvo 16 boletos y Koufax lo ponchó en veinte ocasiones.

Mickey Mantle y Harmon Killebrew solo vieron los envíos de Koufax en el marco de la Serie Mundial. En la de 1963 en siete turnos, Mantle consiguió apenas un imparable que fue un monstruoso jonrón, como el mismo Koufax admitió, para empatar a una el cuarto juego en el séptimo inning. Pero eso fue todo. Recibió tres ponches, dos con el tercer strike cantado, y una base por bolas. Su average quedó reducido a .142 puntos. En la Serie Mundial de 1965, Killebrew consumió ocho turnos ante Sandy. Dio tres incogibles, todos sencillos. Con tres ponches y una transferencia. Su average se detuvo en .375.   

Frente a los bateadores zurdos la historia fue otra. Ante ellos, el desempeño de Koufax se haya expresado en la legendaria frase de Willie Stargell: “Batear contra Koufax, era más complicado que tratar de beber café con un tenedor”. Koufax solía mostrarse orgulloso de su desempeño frente a los zurdos, incluso era capaz de recitar de memoria sus logros. Junto con  Stargell, Billy Williams, Willie McCovey y Lou Brock, batearon en conjunto para un miserable .186, con 37 hits en 198 turnos. Recibieron 71 ponches, 17 boletos y tres cuadrangulares, dos de Williams y uno de McCovey.

Alguien le preguntó a Koufax que era lo único que podía detenerlo una vez que se hallaba sobre la lomita. “Los bateadores”, respondió. Al igual que el resto de los lanzadores, que al contrario de los aficionados y los periodistas, conocen los secretos del duelo con los bateadores mejor que nadie, siempre expresó un profundo respeto por sus rivales. Su filosofía era simple, diría que hasta obvia, elemental.

“Los buenos bateadores siempre te van a batear, Siempre consiguen sus hits contra todos los lanzadores”, afirmaba, “No es de ellos que debes cuidarte. Debes cuidarte de los otros. Son esos otros los que te ganan”. 

Tengo a la mano otro pretexto para justificar mi eterna devoción por Koufax y sus hazañas en el campo. El axioma periodístico según el cual, “siempre habrá quien lee por primera vez sobre algo o alguien”. Sin embargo, no les quepa la menor duda, no será ésta la última oportunidad en que escribiremos o hablaremos de Sandy Koufax. Anótenlo en cualquier parte.

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